martes, 20 de febrero de 2007

5. ¿Es posible hablar de una ética social o política?: a la luz del maestro Aranguren.



En realidad cuando hablamos de ética, estamos hablando de algo fundamentalmente personal. Es la persona la que en definitiva tiene que tomar las decisiones respecto a tantas o pocas alternativas que van apareciendo en la vida, en su historia, en su propia contingencia.

Para tomar dichas decisiones, para elegir, para optar, la persona, cada uno de nosotros en su calidad de individuo dotado de suficiente libertad, se regirá por normas de comportamiento. Si bien estas normas o modelos están fuera de nosotros, es cada uno quien libremente los asume, acepta y decide en definitiva regirse por ellos. Esto es condición para que la decisión que en definitiva hacemos, sean éticas o morales. La eticidad de un acto requiere las notas de libertad y responsabilidad personal. Y para ello la decisión y la aceptación de los códigos éticos deben pasar por el tribunal de la conciencia personal.

Lo anterior suena bien. En el fondo aparece un planteamiento que concibe la realidad como un campo de ofertas disponibles para que la personas, individualmente considerada, tome las decisiones a la luz de lo que dicta su conciencia que no es otra cosa que su mismo fuero interno. Pero, ¿es todo tan así de simple?

La afirmación de José Luis Aranguren es tajante: “esto es verdad, pero no toda la verdad”[1]. En esta afirmación está el mismo fundamento de la Ética social y política.

Aranguren plantea que las normas o modelos de conducta tienen su origen en el dato de la misma realidad social Si bien es posible fundar y refundar la moral renovando cada uno los mismos códigos que nos rigen, lo más probable es elegir, de manera mas o menos personal, entre “pautas” previamente dadas.[2] Esto significa que las personas, de alguna manera, somos seres socio culturalmente condicionados en nuestras conductas. Si bien cada uno se hace a si mismo, es también verdad que la sociedad nos construye.

¿Es posible hablar de ética social o política? A la luz de Aranguren, pero también iluminados por nuestra propia experiencia personal de seres que pensamos, sentimos, vivimos, etc., de acuerdo a lo que somos, en una historia y contexto determinados, podemos afirmar que sí es posible. De ahí la importancia, es decir que no da lo mismo como sea, del tipo de sociedad que construimos a través de las grandes y pequeñas decisiones que permite el uso del Poder Político.

[1] Aranguren, José Luis. Ética y Política. Biblioteca Nueva, Madrid 1996 (20)
[2] Ibid,

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